Hay muchos motivos por los cuales uno elegiría una mascota, algunos porque sería un buen compañero como un perro, o suave y delicado como un gato, y algunos, amantes de la belleza de la vida marina, eligen por la belleza del gladiador con aletas, el pez Betta.
Este pequeño y colorido amiguito resulta tener muchos secretos que no llegan decirte en la veterinaria a la hora de comprarlo, pues siendo uno de los más populares entre las mascotas de los pequeñines, hay cosas interesantes en las que “nada” este amiguito.
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LUCHAN FEROZMENTE HASTA LA MUERTE
Este pescadito es especialmente territorial, por lo que tiende a ser agresivo; en sus batallas los machos extienden sus aletas y ensanchan sus branquias para parecer más grande e intimidar a su rival.
Pero no creas que es como tu amigo que solo se le queda viendo mal a quien se le cruce, la batalla comienza y empiezan a morderse sus aletas, causándose severo daño físico, hasta que uno de los dos admite la derrota, o muere.
HACEN NIDOS DE BURBUJAS PARA APAREARSE
En el proceso de apareamiento, el pez se traslada a la superficie para producir lo que pareciera una cama hecha de burbujas y mucosidad, luego realiza una exhibición para atraer a la hembra, en la que cambia de color, volviéndose más brillante, si la hembra acepta ella se oscurecerá en señal de aceptación.
EL PADRE PROTEGE Y LA MADRE ES UNA AMENAZA
Al igual que los caballitos de mar, los peces Betta, cuidan los huevecillos, y creeríamos que puede ser por algún depredador, y si, pero sorprende que sea la misma madre quien llega a comerse los huevesillos, teniendo el padre que llegar hasta matar a la hembra para proteger el nido.
El macho igual suele llevarse los huevesillos en la boca, para protegerlos y depositarlos en el nido, y cuidarlos durante un aproximado de 48 horas, tiempo que tarde en nacer estos pecesitos, luego de esto el padre abandona a las crías.
No nos cabe duda que es una mascota muy bella y popular, el pez Betta por si solo es una maravilla a los ojos, pero hay que conocer sus hábitos y comportamientos, antes de querer meter a 2 machos en una pecera del tamaño de una taza y que a los minutos termines con 1 solo, y sin reembolso.
Nota publicada originalmente en: El Sol de Tampico