/ sábado 5 de febrero de 2022

El Santo, un ídolo inmortal

El 5 de febrero se recuerda la muerte del ídolo en la lucha libre en México

Torreón, Coahuila. – “El Enmascarado de Plata”, ícono de la Lucha Libre y la cultura mexicana, actor y el héroe inmortal. Esto y más representa Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como “El Santo”, para México y el mundo, de quien a pesar de dejar de existir un 5 de febrero de 1984 su recuerdo prevalece de generación en generación.

Así pues, la historia de este personaje inició un 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo, cuando sus padres Jesús Guzmán Campuzano y Josefina Guzmán Huerta Márquez lo vieron nacer como el quinto de siete hijos, sin imaginar que años más tarde sería uno de los luchadores más famosos tanto arriba como abajo el ring, ya que luego de practicar beisbol y fútbol americano, fue el encordonado lo que terminó atrapándolo justo después de que su familia se mudó a Ciudad de México en 1920, al barrio 'La Covadonga'.

"Al Santo lo podían ver triunfar en la tele, película, en el ring. Él se retira en 1982 y se dedica a los teatros, en el Blanquita fue su último show. La gente se quedó impactada porque no solamente se estaba yendo un ídolo de la lucha, sino de multitudes. Tenía un imán con la gente y es algo que he estudiado por las lecturas", expresó Martín Bernal Montoya, de 25 años de edad, fanático de la lucha libre gracias a su primo con quien se juntaba para ver a sus ídolos en el encordonado.

Conviene señalar que no todo se dio de forma sencilla, pues al principio Rodolfo o ‘Rudy Guzmán’ como se hacía llamar, no llamaba la atención del público. Por lo que optó por darle vida a un personaje denominado 'El Hombre Rojo', de la mano de Jesús Lomelí como instructor de la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), a la cual consigue ingresar en el año de 1936 luego de varios traspiés, con trabajo y dedicación.

El impacto que tuvo la lucha libre en Rodolfo fue muy importante y, a pesar de empezar a practicar otras disciplinas como Jiu Jitsu, en 1942 es el año del cambio ya que surge el mote de 'El Santo' cuando aceptó formar parte de un equipo del que Jesús Lomeli fue pieza clave, ya que se encargó de sugerirle tres nombres: El Santo, el Ángel y El Diablo, logrando quedarse con el primero y debutando el 26 de julio del mismo año en la Arena México.

Cabe señalar que antes de ser el Enmascarado de Plata, Rodolfo venía de enfrentar un problema con Jesús Velázquez, el 'Murciélago', a quien le copió el nombre en un principio para lograr ganar algo de fama haciéndose llamar 'El Murciélago II', comenzando a relegar su sueño de triunfar pues también tuvo que enfrentar la muerte de su padre.

Además, lejos de ser un personaje mediático, algo a lo que también se tuvo que adaptar, Rodolfo Guzmán Huerta no descuidó su vida personal y en los años 40 decidió casarse con María de los Ángeles Rodríguez Montaño, con quien procreó 10 hijos, incluido su sucesor 'El Hijo del Santo'.

Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

"El Santo no fue parte de mi generación, pero reconozco su legado. Yo me enamoré de la lucha libre, para mi representa un desahogo, un momento para liberar emociones a través de un espectáculo ofrecido por luchadores que son atletas y realmente exponen sus físicos, los que se han subido al ring saben de lo que les hablo. Desde que estaba en primaria empezó mi pasión a través de la televisión, luego en revistas y con el paso del tiempo comprando muñequitos, periódicos, por eso puedo decir que el Santo cuidaba tanto su identidad que tenía que pasar varias cuadras para quitarse la máscara, entraba y salía de las arenas así. Tenía mucho amor por su personaje", mencionó Bernal.

Luego de la tormenta llegó la calma. Justo después de un enfrentamiento ante ‘Bobby’ Bonales ‘La Maravilla Moreliana’, el 16 de agosto de 1942 en la Arena México, el Santo hizo de la máscara su nuevo rostro y resguardó su identidad de forma cuidadosa, destacándola como “la máxima expresión de su personalidad”. A partir de ahí nadie lo detuvo, pues su carrera comenzó a despegar tan alto convirtiéndose en el mejor peso Welter, Campeón Nacional y Campeón Nacional de peso Medio.

A lo anterior se le agregó su paso por el cine. De la mano del luchador y actor Fernando Osés, a finales de los años 50, el Santo fue invitado a trabajar en el set dejando como resultado las primeras cintas tituladas ‘Santo contra el Cerebro del Mal’ y ‘Santo contra los hombres infernales’, dirigidas por Joselito Rodríguez (1958). A esto se le fueron sumando más proyectos en la pantalla grande.

"Creo que su carisma y acciones lo llevaron a ser un ídolo. Tanto así que la gente lo recuerda en su estatua ubicada en Tulancingo, Hidalgo. Es algo bien padre que la lucha libre me ha brindado y estoy conociendo a otro tipo de gente, que al igual que yo no piensan que es un deporte para bajas clases sociales o ‘nacos’. Recuerdo también que la primera máscara se creó en México en 1934, cuando la maravilla enmascarada vino de EEUU y de ahí agarró tanto apego porque protegía la identidad".

El tiempo comenzaba a cobrarle factura. Para 1977, el Santo terminó su vínculo con la EMLL y se fue al bando de los ‘Independientes’. A pesar de que Rodolfo se mantenía en el ring, la vida empezó a darle avisos de cuidado, hasta que tomó la decisión de retirarse luego de haber sufrido un infarto al miocardio. Ante esto, se anunciaron tres despedidas: la primera en el Palacio delos Deportes; la segunda en la Arena México y la última el 12 de Septiembre de 1982 en el Toreo de Cuatro Caminos.

Sin embargo, cuando se retiró aún le quedaba otra responsabilidad: la grabación de sus películas, entre las que destacan 24 como las más taquilleras. Eso sí, la identidad oculta se mantenía intacta pues en las giras procuraba cuidarla en extremo. Solo en una ocasión se atrevió a mostrar su rostro en el programa ‘Contrapunto’, de Jacobo Zabludowsky, aunque cuando murió sus familiares lo enterraron con la máscara.

Así pues, luego de muchas presentaciones sobre el ring, rapadas, máscaras quitadas y campeonatos, el 5 de febrero de 1984 al concluir una presentación se acostó en su camerino a reposar, para después ser trasladado a un hospital y morir de un infarto al miocardio a los 67 años de edad. Fue sepultado un 6 de febrero contando con la asistencia de aproximadamente 10 mil personas, enre fanáticos y luchadores, quienes despidieron al Plateado entre aplausos y gritos de admiración por haber sido el héroe y referente de muchos amantes de la Lucha Libre.

"Admiro y reconozco lo que han hecho los personajes arriba del ring. No es un deporte fácil, ni es sencillo subirse al ring y que le den ese impulso. Venir a México y no estar en la Arena México es no pisar el país. No ha habido un ídolo como el Santo y espero que la gente lo siga recordando", externó Martín, para quien la Lucha Libre siempre será de sus deportes favoritos.

Torreón, Coahuila. – “El Enmascarado de Plata”, ícono de la Lucha Libre y la cultura mexicana, actor y el héroe inmortal. Esto y más representa Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como “El Santo”, para México y el mundo, de quien a pesar de dejar de existir un 5 de febrero de 1984 su recuerdo prevalece de generación en generación.

Así pues, la historia de este personaje inició un 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo, cuando sus padres Jesús Guzmán Campuzano y Josefina Guzmán Huerta Márquez lo vieron nacer como el quinto de siete hijos, sin imaginar que años más tarde sería uno de los luchadores más famosos tanto arriba como abajo el ring, ya que luego de practicar beisbol y fútbol americano, fue el encordonado lo que terminó atrapándolo justo después de que su familia se mudó a Ciudad de México en 1920, al barrio 'La Covadonga'.

"Al Santo lo podían ver triunfar en la tele, película, en el ring. Él se retira en 1982 y se dedica a los teatros, en el Blanquita fue su último show. La gente se quedó impactada porque no solamente se estaba yendo un ídolo de la lucha, sino de multitudes. Tenía un imán con la gente y es algo que he estudiado por las lecturas", expresó Martín Bernal Montoya, de 25 años de edad, fanático de la lucha libre gracias a su primo con quien se juntaba para ver a sus ídolos en el encordonado.

Conviene señalar que no todo se dio de forma sencilla, pues al principio Rodolfo o ‘Rudy Guzmán’ como se hacía llamar, no llamaba la atención del público. Por lo que optó por darle vida a un personaje denominado 'El Hombre Rojo', de la mano de Jesús Lomelí como instructor de la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), a la cual consigue ingresar en el año de 1936 luego de varios traspiés, con trabajo y dedicación.

El impacto que tuvo la lucha libre en Rodolfo fue muy importante y, a pesar de empezar a practicar otras disciplinas como Jiu Jitsu, en 1942 es el año del cambio ya que surge el mote de 'El Santo' cuando aceptó formar parte de un equipo del que Jesús Lomeli fue pieza clave, ya que se encargó de sugerirle tres nombres: El Santo, el Ángel y El Diablo, logrando quedarse con el primero y debutando el 26 de julio del mismo año en la Arena México.

Cabe señalar que antes de ser el Enmascarado de Plata, Rodolfo venía de enfrentar un problema con Jesús Velázquez, el 'Murciélago', a quien le copió el nombre en un principio para lograr ganar algo de fama haciéndose llamar 'El Murciélago II', comenzando a relegar su sueño de triunfar pues también tuvo que enfrentar la muerte de su padre.

Además, lejos de ser un personaje mediático, algo a lo que también se tuvo que adaptar, Rodolfo Guzmán Huerta no descuidó su vida personal y en los años 40 decidió casarse con María de los Ángeles Rodríguez Montaño, con quien procreó 10 hijos, incluido su sucesor 'El Hijo del Santo'.

Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

"El Santo no fue parte de mi generación, pero reconozco su legado. Yo me enamoré de la lucha libre, para mi representa un desahogo, un momento para liberar emociones a través de un espectáculo ofrecido por luchadores que son atletas y realmente exponen sus físicos, los que se han subido al ring saben de lo que les hablo. Desde que estaba en primaria empezó mi pasión a través de la televisión, luego en revistas y con el paso del tiempo comprando muñequitos, periódicos, por eso puedo decir que el Santo cuidaba tanto su identidad que tenía que pasar varias cuadras para quitarse la máscara, entraba y salía de las arenas así. Tenía mucho amor por su personaje", mencionó Bernal.

Luego de la tormenta llegó la calma. Justo después de un enfrentamiento ante ‘Bobby’ Bonales ‘La Maravilla Moreliana’, el 16 de agosto de 1942 en la Arena México, el Santo hizo de la máscara su nuevo rostro y resguardó su identidad de forma cuidadosa, destacándola como “la máxima expresión de su personalidad”. A partir de ahí nadie lo detuvo, pues su carrera comenzó a despegar tan alto convirtiéndose en el mejor peso Welter, Campeón Nacional y Campeón Nacional de peso Medio.

A lo anterior se le agregó su paso por el cine. De la mano del luchador y actor Fernando Osés, a finales de los años 50, el Santo fue invitado a trabajar en el set dejando como resultado las primeras cintas tituladas ‘Santo contra el Cerebro del Mal’ y ‘Santo contra los hombres infernales’, dirigidas por Joselito Rodríguez (1958). A esto se le fueron sumando más proyectos en la pantalla grande.

"Creo que su carisma y acciones lo llevaron a ser un ídolo. Tanto así que la gente lo recuerda en su estatua ubicada en Tulancingo, Hidalgo. Es algo bien padre que la lucha libre me ha brindado y estoy conociendo a otro tipo de gente, que al igual que yo no piensan que es un deporte para bajas clases sociales o ‘nacos’. Recuerdo también que la primera máscara se creó en México en 1934, cuando la maravilla enmascarada vino de EEUU y de ahí agarró tanto apego porque protegía la identidad".

El tiempo comenzaba a cobrarle factura. Para 1977, el Santo terminó su vínculo con la EMLL y se fue al bando de los ‘Independientes’. A pesar de que Rodolfo se mantenía en el ring, la vida empezó a darle avisos de cuidado, hasta que tomó la decisión de retirarse luego de haber sufrido un infarto al miocardio. Ante esto, se anunciaron tres despedidas: la primera en el Palacio delos Deportes; la segunda en la Arena México y la última el 12 de Septiembre de 1982 en el Toreo de Cuatro Caminos.

Sin embargo, cuando se retiró aún le quedaba otra responsabilidad: la grabación de sus películas, entre las que destacan 24 como las más taquilleras. Eso sí, la identidad oculta se mantenía intacta pues en las giras procuraba cuidarla en extremo. Solo en una ocasión se atrevió a mostrar su rostro en el programa ‘Contrapunto’, de Jacobo Zabludowsky, aunque cuando murió sus familiares lo enterraron con la máscara.

Así pues, luego de muchas presentaciones sobre el ring, rapadas, máscaras quitadas y campeonatos, el 5 de febrero de 1984 al concluir una presentación se acostó en su camerino a reposar, para después ser trasladado a un hospital y morir de un infarto al miocardio a los 67 años de edad. Fue sepultado un 6 de febrero contando con la asistencia de aproximadamente 10 mil personas, enre fanáticos y luchadores, quienes despidieron al Plateado entre aplausos y gritos de admiración por haber sido el héroe y referente de muchos amantes de la Lucha Libre.

"Admiro y reconozco lo que han hecho los personajes arriba del ring. No es un deporte fácil, ni es sencillo subirse al ring y que le den ese impulso. Venir a México y no estar en la Arena México es no pisar el país. No ha habido un ídolo como el Santo y espero que la gente lo siga recordando", externó Martín, para quien la Lucha Libre siempre será de sus deportes favoritos.

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