Torreón, Coahuila.- Desde hace 75 años la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Torreón, un bello recinto religioso de estilo Neoclásico, ha visto pasar a un sinfín de files peregrinos que cada año caminan, ya sea del Bosque Venustiano Carranza o de la Alameda Zaragoza hasta el santuario, con la intención de darle gracias a la madre intercesora por la vida a pesar de las dificultades y como una manera de manifestar el deseo de estar cercano a Dios.
Alejandro Cerón Rossainz, misionero claretiano y párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Torreón, dijo que fue en 1944 cuando comenzó la tradición, que según explicó la peregrinación es una muestra del ser humano para acercarse al supremo Dios.
Dijo además, la peregrinación significa que estamos de paso en la vida terrenal, el caminar se pudiese entender también como un recordatorio de lo mismo, que en este mundo no somos eternos, pero que iniciamos y terminamos en el reencuentro con el creador, Dios Padre, hijo y Espíritu Santo.
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La intención de peregrinar, explicó, es comprometerse a recordar que estamos llamados a la vida eterna y que hay que vivir en este mundo como quien va de paso, manifestó que muchas veces las personas se la viven acumulando cosas materiales o dinero, sin saber si quiera que hacer con ellas y no recuerdan que eso se quedará aquí.
“Venir a darle gracias a la virgen por las bendiciones a la familia”, manifestó Leticia Sandoval Dorado, una señora que junto con su familia han peregrinado desde hace 20 años, señaló peregrinar es una forma de agradecerle a la Virgen de Guadalupe por la salud, el trabajo y la vida.
Con su madre fue quien inició esta tradición, y ella ha continuado trayendo a su familia manifestando así su fe y amor a dios, siempre con mucha devoción y agradecimiento, “es solo un ratito en el venimos a agradecer lo mucho que ella nos da” manifestó Leticia Sandoval.
Además Sandoval Dorado forma parte del Grupo de Danza Santa Madero, dijo que cada año organizan la peregrinación de los familiares y amigos de cada uno de los integrantes del grupo, siendo cerca de 100 personas las que peregrinan y danzan.