/ viernes 6 de mayo de 2022

Las escalofriantes apariciones de la Presidencia de Lerdo

En la Presidencia Municipal de Lerdo, se dice que hay distintas apariciones consecuencia de lo que ahí se vivió

Cada ciudad tiene sus propias leyendas y lugares misteriosos que guardan historias sobre apariciones o entidades que vagan por el lugar asustando a los desafortunados que deambulan por los lugares. Tal es el caso de la Presidencia Municipal de Lerdo, donde dicen que desde hace décadas hay distintas apariciones fuera de este mundo.

Corrían tiempos de la Revolución, el jefe político del Partido de Mapimí, el coronel Ismael G. Zúñiga, era gobernador de la Ciudad de Lerdo, Durango. En ese entonces le tocó lidiar con los maderistas comandados por Jesús Agustín Castro cuando atacaran la Cárcel de Gómez Palacio en noviembre de 1911.

El coronel Zúñiga era conocido por ser sanguinario con los ciudadanos que apoyaban el movimiento revolucionario, muchos de ellos fueron encarcelados en los interiores del centenario edificio de la Presidencia Municipal, los presos eran vigilados por otro personaje en esta historia: Antonio Sotelo, quien fuera el verdugo de tantos crímenes, que tiempo después salieron a luz, sintiéndose impulsado por el celo y el "amor" al amo.

Se cuenta que Antonio Sotelo no sólo mató cientos de veces, sino que también destrozaba las partes delicadas del cuerpo de las personas que tenían la mala suerte de caer en sus manos. Sotelo era el comisionado de la cárcel y el hombre de confianza del Coronel Zúñiga, su figura era vista rondando el inmenso edificio, donde buscaba y husmeaba en el interior de las celdas, cómo ávido de sangre fresca para delatar a quienes, ignorantes de lo que pasaba, pretendían fugarse o hablaban mal del gobierno Porfirista.

Infinidad de veces los vecinos de Lerdo se despertaban sobresaltados a la media noche, ya que una descarga cerrada se escuchaba, luego otra, con ligeros intervalos las balas que se escuchaban. La policía contestaba que sólo "son los rurales que están haciendo prácticas de tiro", cuando la realidad era que les quitaban la vida a muchos inocentes.

  1. También te puede interesar | Pareja fallecida 'pasea' por la Plaza de Armas de Torreón

Sotelo se sentía satisfecho y el coronel Zúñiga recibía el parte de "cumplidas están sus órdenes", que más tarde, se las trasmitía a la superioridad. Muchos de los crímenes se cometieron en la cárcel de Lerdo, especialmente en el fatídico calabozo número 14.

Todavía para 1925 se recordaban con terror las torturas que los prisioneros sufrían para hacerles "cantar". El pueblo era temeroso de aquellas leyendas contadas por los vecinos de la Presidencia Municipal de Lerdo. Actualmente, un hombre que trabajaba todas las noches en los interiores del Palacio, decía que nadie ignoraba que en Lerdo, en el piso alto del edificio de la presidencia municipal, noche a noche bajaba un individuo alto, vestido decentemente, quien con toda soltura, como si se tratara efectivamente de un ser de este mundo, sacaba un llavero de su bolsillo, abría la puerta del Juzgado Penal y se sentaba tranquilamente a consignar sus asuntos. "El Chato", uno de los empleados más viejos del Juzgado, recuerda como muchas veces escuchó el natural roce de papel sobre los expedientes, pero, agrega: "Yo solo he oído golpes en la puerta que queda al pasillo interior, esto siempre que trabajo de noche por algún asunto urgente".

Cada ciudad tiene sus propias leyendas y lugares misteriosos que guardan historias sobre apariciones o entidades que vagan por el lugar asustando a los desafortunados que deambulan por los lugares. Tal es el caso de la Presidencia Municipal de Lerdo, donde dicen que desde hace décadas hay distintas apariciones fuera de este mundo.

Corrían tiempos de la Revolución, el jefe político del Partido de Mapimí, el coronel Ismael G. Zúñiga, era gobernador de la Ciudad de Lerdo, Durango. En ese entonces le tocó lidiar con los maderistas comandados por Jesús Agustín Castro cuando atacaran la Cárcel de Gómez Palacio en noviembre de 1911.

El coronel Zúñiga era conocido por ser sanguinario con los ciudadanos que apoyaban el movimiento revolucionario, muchos de ellos fueron encarcelados en los interiores del centenario edificio de la Presidencia Municipal, los presos eran vigilados por otro personaje en esta historia: Antonio Sotelo, quien fuera el verdugo de tantos crímenes, que tiempo después salieron a luz, sintiéndose impulsado por el celo y el "amor" al amo.

Se cuenta que Antonio Sotelo no sólo mató cientos de veces, sino que también destrozaba las partes delicadas del cuerpo de las personas que tenían la mala suerte de caer en sus manos. Sotelo era el comisionado de la cárcel y el hombre de confianza del Coronel Zúñiga, su figura era vista rondando el inmenso edificio, donde buscaba y husmeaba en el interior de las celdas, cómo ávido de sangre fresca para delatar a quienes, ignorantes de lo que pasaba, pretendían fugarse o hablaban mal del gobierno Porfirista.

Infinidad de veces los vecinos de Lerdo se despertaban sobresaltados a la media noche, ya que una descarga cerrada se escuchaba, luego otra, con ligeros intervalos las balas que se escuchaban. La policía contestaba que sólo "son los rurales que están haciendo prácticas de tiro", cuando la realidad era que les quitaban la vida a muchos inocentes.

  1. También te puede interesar | Pareja fallecida 'pasea' por la Plaza de Armas de Torreón

Sotelo se sentía satisfecho y el coronel Zúñiga recibía el parte de "cumplidas están sus órdenes", que más tarde, se las trasmitía a la superioridad. Muchos de los crímenes se cometieron en la cárcel de Lerdo, especialmente en el fatídico calabozo número 14.

Todavía para 1925 se recordaban con terror las torturas que los prisioneros sufrían para hacerles "cantar". El pueblo era temeroso de aquellas leyendas contadas por los vecinos de la Presidencia Municipal de Lerdo. Actualmente, un hombre que trabajaba todas las noches en los interiores del Palacio, decía que nadie ignoraba que en Lerdo, en el piso alto del edificio de la presidencia municipal, noche a noche bajaba un individuo alto, vestido decentemente, quien con toda soltura, como si se tratara efectivamente de un ser de este mundo, sacaba un llavero de su bolsillo, abría la puerta del Juzgado Penal y se sentaba tranquilamente a consignar sus asuntos. "El Chato", uno de los empleados más viejos del Juzgado, recuerda como muchas veces escuchó el natural roce de papel sobre los expedientes, pero, agrega: "Yo solo he oído golpes en la puerta que queda al pasillo interior, esto siempre que trabajo de noche por algún asunto urgente".

Torreón

Entrega Fundación LALA apoyo gracias al programa “Corredores con causa”

Se benefició a Cruz Roja Lerdo, Casa de la Madre Lola y el Centro para Migrantes Jesús Torres Fraire

Local

Presente Coahuila en el Auto Show Beijing 2024

El gobernador Manolo Jiménez tuvo una intervención como parte de los conferencistas de este evento

Torreón

Intercambio de información con la iniciativa privada, fundamental: Román Cepeda

Mantiene la administración municipal un trabajo coordinado con el CLIP

Policiaca

Reportan balacera en la colonia Ampliación Santiago Ramírez

Los hechos ocurrieron en la colonia Ampliación Santiago Ramírez