Un “relámpago” le arrancó la mano, estómago y vida a Diego

Joven gomezpalatino murió por explosión de pirotecnia

Alberto Triana | El Sol de La Laguna

  · lunes 21 de agosto de 2023

A Diego su gusto por la pirotecnia le costó la vida. / Foto: Sofy Ramírez | El Sol de La Laguna

Gómez Palacio, Durango. – Desde que era niño le gustó la pirotecnia y le llamaba la atención el ruido que provocaba al explotar, pero de joven un “relámpago” le arrancó la mano, el estómago y su vida.

La noche del pasado lunes 14 de agosto, Juan Diego Ramírez Galván, de 19 años de edad, murió mientras era atendido en el Hospital General de Gómez Palacio, donde sus familiares lo llevaron en una camioneta tras sufrir un accidente al interior de su habitación, en su domicilio, ubicado en el ejido El Compás.

Aunque en varios medios de comunicación se confirmó que sucedió en la plaza principal de dicha comunidad, durante la celebración de la Fiesta Patronal, no fue así.

“Ya se había acabado todo lo de la Fiesta Patronal, hasta se habían ido los mariachis e íbamos para la casa, eran alrededor de las 11:30 de la noche. Éramos varios caminando y mi hermano y un primo se adelantaron, se metieron al cuarto y se escuchó que algo explotó, hasta tronaron los vidrios”, dijo Flor de Dalia, hermana de Diego.

Mi primo salió corriendo, pidió ayuda y nos avisó que se había accidentado Diego. Vimos qué se destrozó la mano y que habían salido volando los dedos. Mi hermano salió sangrando y como que se desvaneció y cayó de rodillas afuera de la casa”.

“Después que se lo llevaron a atender al hospital, nosotros entramos al cuarto y había muchas cosas destrozadas, estaba lleno de sangre, había pedazos de su mano”.

Lo que causó tales daños fue un “relámpago”, el cual le abrió el estómago y se le salieron parte de sus órganos, además de amputarle la mano derecha.

Se trata de un artefacto explosivo que utiliza dinamita y es capaz de perforar superficies y hasta hacer pozos en la tierra, según varios videos publicados en YouTube.

“Nosotros no supimos dónde lo compró o de dónde obtuvo el explosivo. Lo que sí sabemos es que sucedió en su habitación que está ubicada a cuatro cuadras de la plaza principal del ejido El Compás, donde vivía con mi mamá, pues papá falleció hace nueve años”.

La víctima iba a cumplir 20 años en diciembre, trabajaba por su cuenta haciendo instalaciones eléctricas y arreglando aparatos de aire, y se iba a inscribir en la universidad para estudiar la carrera de criminología.

“Mi hermano no tenía novia, no fumaba, no tomaba, pero sí le gustaba la pirotecnia, eso sí. Era un muchacho muy divertido y bromista”.

Tras realizarle la necropsia en el Servicio Médico Forense (Semefo), las autoridades llevaron el cuerpo de Diego a su comunidad y fue velado la noche del martes 15.

“El miércoles a las 3 de la tarde estuvimos en la iglesia y saliendo lo llevamos al Panteón El Barro, que está como a 40 minutos, para enterrarlo al lado de mi papá, pues cuando falleció todos acordamos que el primero en irse sería enterrado con nuestro papá”.

“Todos los días lo sueño y siento que me agarra del hombro como lo hacía antes”.

Flor de Dalia pide a la Fiscalía General del Estado de Durango (FGED) acudir a realizar los peritajes para las investigaciones correspondientes, pues el cuarto sigue igual con toda la evidencia y urge limpiarlo porque expide malos olores.