Torreón, Coahuila.- El 18 de abril del 2020, Patricia sufrió abuso sexual durante una fiesta familiar en Torreón.
Tras la violación, después de unas horas, despertó con shock emocional, dolor, sangrado vaginal, escurrimiento de semen y su mano derecha, con la que intentó defenderse, llena de sangre.
Debido al pánico, miedo y hasta vergüenza que sintió en ese momento, no presentó la denuncia de manera inmediata.
Sin embargo, hoy acusa directamente a Óscar (N), de 31 años de edad, de la violación que sufrió y apuntó que él se desempeña como médico internista en esta ciudad.
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“No supe qué hacer y denuncié tiempo después en el Centro de Justicia y Empoderamiento de las Mujeres de Torreón, el 7 de enero del 2021”. De hecho, el número de expediente es el 51bis/tor/ulcjemt/2021; además, hay otra ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) con fecha del 24 de octubre del año anterior.
Patricia contó: “Tuve una violación sexual por parte de este sujeto en una fiesta familiar donde sí recuerdo lo que me sucedió, como intenté defenderme y que él no estaba alcoholizado al grado de no saber o no recordar lo que hacía, y lo comento porque el motivo que la Ministerio Público me daba para no redactar mi denuncia fiel a lo que decía era que a su parecer esos hechos no podían haber sucedido”.
“Quien señalo como mi violador y quién lo encubre, su propia madre Belinda (N) me insistían en que me bañara y me hacían sentir culpa y vergüenza por ‘lo que había pasado’, asegurando que habían grabado ‘lo que yo había hecho’".
Respecto a la denuncia, manifestó que aún no ha procedido porque cuando fue la Ministerio Público la atendió de prisa, de manera grosera y su redacción nunca se acercó a los hechos que la víctima narraba.
“Ella decidió lo que quería poner y lo que no. Varias veces argumenté que quería se hiciera una modificación a mí denuncia pero nunca se me atendió, solo se limitaba a decirme que con esos hechos no procedía. Además tuve que soportar por parte de ella burlas, groserías y humillaciones de manera personal intencionadas para hacerme creer que había sido mi culpa ser víctima de este delito”.
A la fecha, indicó, en ningún momento a él se le ha molestado por parte de alguna autoridad, ni siquiera con un citatorio, la única que fue llamada a declarar fue la señora Belinda (N) y presentó una declaración falsa.
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En ese contexto, Patricia (N) dijo que en la Laguna y en México pareciera que los violadores tienen más derechos y privilegios que los denunciantes: “Las autoridades se vuelven cómplices con tanta negligencia y los alientan a seguir dañando sabiendo que no tendrán castigo”.
Respecto a su presunto violador, acotó que trabaja para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Clínica 71, para el Sanatorio Español y para el Club Santos Laguna.
“Y por su profesión, convive con muchas personas vulnerables que también pueden ser posibles víctimas, entre ellas una menor hacia la que él ejerce maltrato y que también eso es encubierto por la mamá de él”, aseguró.
“Prácticamente tuve que rogar para que me dieran órdenes de protección y dejaran de hostigarme para retirar la denuncia, pero no iban a darme órdenes de protección para siempre así que tuve que irme de Torreón. Actualmente ya no vivo en el país por miedo a ellos porque intentaron hacerme ver como si no fuera capaz de valerme por mí misma o si no estuviera bien mentalmente argumentando que inventaba o imaginaba cosas. Así que de un día para otro tuve que irme para estar a salvo”.
Sin embargo, Patricia aseguró que volverá para seguir con los procedimientos correspondientes por el abuso sexual que sufrió. En tanto, ella decidió hacer el caso público a fin de “salvar y alertar” a más mujeres que conviven con quien ella considera “un psicópata y posible feminicida”.
