Actualmente la tensión entre Rusia y Ucrania mantienen al mundo en un estado de alerta a cada momento luego de que Vladimir Putin decidiera invadir Ucrania. Pero ¿sabías que Rusia decidió vender parte de su territorio a Estados Unidos? a continuación te contamos la historia de, tal vez, el peor negocio de la historia.
Era el año 1867, el zar Alejandro II vendió el territorio de Alaska por 7,2 millones de dólares. La venta se debió principalmente a las dificultades económicas que estaba viviendo el Imperio ruso, además de que era una región de difícil defensa ante un ataque británico.
Si se toma en cuenta la inflación, los 7,2 millones de dólares que costó Alaska serían aproximadamente 100 millones de dólares actuales, cifra bastante barata para hacerse de uno de los estados más extensos en Estados Unidos.
En esa época, la opinión pública de ambos países se opuso a esta venta. Por un lado, los rusos consideraban que los esfuerzos empleados en esa zona se perderían, mientras que los estadounidenses no sentían necesitar esas tierras de clima extremo. Críticos de esa época se burlaron de la transacción, llamándola ‘la locura de Seward’ ya que el secretario de Estado, William Seward, había promovido esa venta.
Los primeros 50 luego de esta compra, los Estados Unidos ya había ganado 100 veces más de lo que pagaron, debido a que las actividades económicas en estas tierras se basaron en intercambios comerciales de telas de china, hielo, té, oro, marfil, etc.
Alaska, de vuelta a Rusia
En el año 2014 se publicó en el sitio web de la Casa Blanca una petición de adhesión de Alaska a Rusia, bajo el lema “Alaska, de vuelta a Rusia”.
El movimiento llegó a recoger más de 35 mil firmas de estadounidenses en pocas semanas. La iniciativa, apoyada por ciudadanos, cree que la adquisición de Alaska fue un robo, y que está en realidad se alquiló y nunca se devolvió a su dueño. Sin embargo, la realidad es que esta transacción fue real y ambas partes tenían motivos para hacerla.
El 18 de octubre de 1867, Alaska pasó a formar parte del territorio de Estados Unidos, y el 1 de agosto de 1968, el Gobierno estadounidense emitió una cédula del tesoro para pagarle Alaska a Rusia.
Si se estimara, por ejemplo, que cada hectárea de territorio de Alaska vale hoy US$100, el estado entero valdría más de US$15.000 millones, o sea unas 150 veces más de lo que Washington pagó por él. Además de que es un enorme depósito de recursos naturales, ya que dos décadas después de la compra estalló la llamada ‘fiebre del oro’.
Alaska es hoy una poderosa economía con poco menos de un millón de habitantes y un PIB que llega a los US$44.000 millones anuales. Dicho de otra manera, cada año produce más de 400 veces lo que Rusia obtuvo en total al vender el territorio en el siglo XIX.