Si bien descendió ya el nivel del agua que anegó la mayor parte de sus instalaciones, aún no hay condiciones propicias para que el panteón privado Jardines del Carmen pueda ser reabierto al público luego de que como una medida de seguridad fue clausurado por autoridades municipales y sanitarias la tarde del pasado miércoles 4 de septiembre.
De hecho, su reapertura tras la inundación que lo alcanzó a consecuencia de las recientes lluvias atípicas que se presentaron en la región, no depende ahora de las autoridades sino de la empresa Gayosso, su propietaria.
Lo que sucede es que la empresa se debe encargar de que se realice cuanto antes un estudio de diagnóstico especializado a manera de peritaje, a fin de identificar o bien descartar posibles riesgos, y de ser el caso realizar las necesarias medidas de remediación a fin de garantizar condiciones de seguridad para los visitantes.
Al respecto, el titular de la Dirección de Protección Civil y Bomberos en Torreón, Jorge Luis Juárez Llanas, indicó que a la situación que afecta el cementerio localizado en el sur de la ciudad, tras su clausura, se le ha estado dando seguimiento a través de reuniones como en la que recientemente se formalizó ante los representantes de Gayosso la petición orientada a que se realice el necesario estudio de suelo, por lo que se espera que el mismo pueda llevarse a cabo muy pronto.
Por lo pronto, dijo, se ha podido constatar que el problema de inundación ya cedió, luego de que afectó tanto la zona norte del panteón delimitada de manera permanente como zona de riesgo como el resto de su superficie desde el centro hasta la sección sur.
Sin embargo, pudiera existir la posibilidad de que, por lo fangoso o inestable del terreno, el mismo pueda representar riesgos para el tránsito y la presencia de los visitantes, de ahí la importancia de desahogar el estudio que los descarte o los confirme a fin de subsanarlos.
Cabe señalar que los problemas de anegamiento en el citado cementerio se han repetido de manera cíclica en varias ocasiones, en tiempos de abundantes lluvias atípicas. Se recuerda que fue en septiembre del 2012 cuando ocurrió una de las mayores inundaciones que han afectado a este panteón, que entonces permaneció durante mucho tiempo cerrado al público ante los riesgos sanitarios y los que se advertían en materia de seguridad, y después de ello fue cuando se tomó la decisión de construir una barda para delimitar la sección norte para tratar de impedir el paso de los visitantes.