Torreón, Coahuila.- Transcurrían los primeros minutos del sábado 15 de mayo del 2010 cuando una nueva tragedia sorprendía a La Laguna: el Bar Juanas, ubicado sobre la Calzada Saltillo 400, que recién abría sus puertas al público, vivió una noche de inauguración y muerte, al ser atacado por un grupo armado que disparó en varias ocasiones a la multitud, terminando con la vida de al menos ocho personas, hiriendo a decenas más. Era la segunda masacre en poco tiempo, recordando que, en enero del mismo año, El Ferrie, otro antro nocturno, había sufrido un atentado similar, con resultados fatales.
Previo a la apertura del Bar Juanas, se hizo una importante campaña de difusión sobre un nuevo antro que llegaba a la región, ofreciendo diversión y un gran ambiente de música y baile, atrayendo la atención de cientos de personas jóvenes, que en aquel tiempo gustaban de la vida nocturna, dándose un lleno total el día de la inauguración, sin imaginar lo que estaba por ocurrir.
Era una auténtica fiesta la que se suscitaba al interior del antro y en cuestión de minutos todo cambió. Eran alrededor de las 12:45 de la madrugada cuando se escucharon algunos disparos en la entrada del lugar, enseguida ingresaron hombres con armas de grueso calibre y rafaguearon a los asistentes en al menos tres ocasiones, huyendo de inmediato con rumbo desconocido.
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Fueron momentos de pánico, caos y muerte los que siguieron después de la balacera. El lugar estaba inundado de personas en el suelo, unos heridos, algunos asustados por lo sucedido y sin saber qué hacer, mientras que otros, desgraciadamente perdieron la vida, ocho según la información de las autoridades.
El lugar era un mar de llanto y dolor, jóvenes baleados en las piernas, otros en los brazos, otros en el abdomen y en distintas partes del cuerpo, eran infinidad de personas que se observaban a lo largo y ancho del lugar con alguna herida.
Lo que momentos antes era alegría y buen ambiente se había convertido en una noche de pesadilla y dolor para los cientos de asistentes que habían acudido para pasar un rato agradable.
Eran tantos los heridos, que los paramédicos que acudieron a auxiliarlos no se daban abasto para atenderlos a todos, por lo que algunos optaron por trasladarse por su propia cuenta al hospital para salvar la vida.
Al día siguiente, las autoridades informaban de ocho personas muertas y alrededor de 30 heridos, aunque hay información extraoficial que señala que fueron más los lesionados, llamando la atención que la edad de los asistentes era de 35 años en adelante, quizá porque en la gente más joven persistía un gran temor, luego de lo que había sucedido en El Ferrie apenas unos meses atrás.
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Fue así como el Bar Juanas abrió sus puertas y unas horas después se cerraron para siempre, pues la época de violencia e inseguridad que azotaba a la región lagunera no daba garantías al lugar para mantenerse activo, siendo la medida más viable el abandonar el proyecto, sumándose a otros antros que en aquel tiempo tomaron la misma decisión, por el miedo y la incertidumbre a ser atacados.
