Son varias las estrategias que utilizan los delincuentes para robar dinero de los cajeros automáticos. A pesar de lo que podría pensarse, las trampas son, casi siempre, para los usuarios y no tanto contra los mismos bancos.

De manera reciente, se ha filtrado en redes sociales explicando cómo es que los criminales colocan las trampillas o, en su caso, explicando la manera en que estas funcionan.

Por ejemplo, está el caso de los bloqueadores de la entrega de efectivo. Para esta, los ladrones esperan a que las personas hagan uso del cajero y realicen, o mejor dicho intenten hacer, un retiro.

La máquina recibe la orden, mas nada sale de la misma, por lo que los usuarios deciden retirarse. Tiempo después los ladrones regresan y retiran la tapa colocada para llevarse el dinero acumulado.

Asimismo, ha sido documentado por diversos medios de comunicación la colocación de dispositivos para copiar números de tarjetas bancarias y el número de identificación personal (NIP).

Para ello, elaboran una trampa en el que pueden colocar un teléfono celular u otro aparato que se mantiene grabando de manera continua cada uno de los datos anteriores. Después, lo recogen y tienen acceso a un sinfín de cuentas para retirar dinero de forma manual.