El regreso a clases, la llegada del frío e inicio de año solo significan una cosa: el fin de las vacaciones. Esta transición cuesta para muchas personas, tanto a jóvenes como adultos. Es probable que a ti te cueste, incluso que te sientas desanimado con la idea de volver a la rutina. Esta situación tiene un nombre y podrías tenerla sin saberlo. Te presentamos el síndrome postvacacional.
Millones de personas regresan de nuevo a la rutina en las grandes ciudades. Un artículo publicado en el portal elsevier.es recoge distintos testimonios de personas con este síndrome. “No se que me pasa; no tengo ganas de hacer nada, me encuentro con los niños, con la casa desordenada y con montañas de ropa para planchar; me voy a acostar para descansar” explicaba una mujer.
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¿Qué es la depresión postvacacional?
Se trata de un tipo de depresión que viene delimitada por una reactividad psicológica caracterizada por hastío y cansancio, desencanto, inhibición, anhedonia, tristeza, malestar general, ansiedad, fobia social, etc, que puede convertirse en un problema más preocupante.
En otras palabras, la depresión postvacacional es un síndrome que se caracteriza por un intenso decaimiento al reincorporarse al trabajo luego de un periodo vacacional. Muchas veces es pasajero, pero en otras ocasiones puede llegar a necesitar atención psicológica.
Síntomas de depresión postvacacional
Este tipo de depresión tiene ciertos indicadores, pues la persona suele experimentar en sus primeros días de trabajo:
- Sensación de estar perdido
- Nerviosismo
- Ansiedad
- Confusión
- Agresividad
- Irritabilidad
Todo esto constituye una reacción de adaptación, un mecanismo de defensa y adaptación brusca que genera una psicobiológica de predominio nervioso simpaticotónico que ocasiona de modo temporal vasoconstricción, taquicardia, temblor, sudación, nerviosismo, ansiedad, etc. Lo que puede comprometer la salud física y mental.
¿Cómo evitar la depresión postvacacional?
Pese a que se trata de un trastorno psicológico, se puede llegar a evitar su desarrollo al seguir algunas pautas.
- Regresar antes a casa: Tener un regreso progresivo a la actividad y descansar algunos días en casa puede ayudar a una más fácil reincorporación de la rutina
- Normalizar el horario poco a poco: cuando se está de vacaciones solemos dormir mucho, por lo que volver al trabajo de manera abrupta lo complica. La idea es regular nuestro horario de sueño y despertar poco a poco los días previos al fin de las vacaciones.
- Recuperar los hábitos y el ejercicio físico de manera paulatina: volver a la normalidad lo antes posible es lo ideal, pero no debes forzarte. Se necesitan 21 días para instalar un hábito, así que tómate el tiempo necesario para recuperarlos y, de esta manera, disfrutar de sus beneficios.
