Cuando el coronavirus obligó a cerrar las puertas de las residencias de ancianos, la vida al interior de muchas de ellas no cambió. Esa reja ya estaba cerrada antes de la pandemia", dice a la AFP Maite Alberdi, directora de la aplaudida cinta documental chilena "El Agente Topo".
Empezó su ascenso internacional en el Festival de Sundance, donde se estrenó el año pasado, y por estos días que el gran público puede verla en Netflix, el filme está preseleccionado para los Óscar en las categorías de mejor película internacional y documental. Este sábado compite en los premios Goya de España como mejor película latinoamericana.
"El Agente Topo" muestra cómo transcurre la vida en una residencia de ancianos a través de un espía, Sergio, de 83 años, que se infiltra en el lugar para indagar si una de sus residentes es maltratada y a quien sus familiares -que no se ven ni de visitas- aseguran que le roban cosas.
Pero en el camino, Sergio -"el peor espía del mundo", según Alberdi- deja atrás su misión y comienza a revelar la vida cotidiana del lugar, con una mirada amable y empática que permite reflexionar sobre la vejez, la soledad y cómo son tratados hoy los adultos mayores.
Sergio Chamy, un jubilado que había enviudado recién hace cuatro meses y que tomó el papel de protagonista tras acudir a una entrevista después de ver una oferta de trabajo publicada en un diario, obligó a la directora a dar un giro en la historia, originalmente planteada como una cinta clásica de espías.
¿Qué llevó a escoger a Sergio Chamy como protagonista?
Lo que más me llamo la atención fue que cuando le preguntaron su estado civil y dijo que acababa de enviudar, en un minuto se llenaron los ojos de lágrimas", dice la directora. Agrega: "en Chile, es raro ver a un señor mayor hablar de sus sentimientos abiertamente. Entonces, cuando lo vi hablar de sí mismo y de su dolor, sin pudor, frente a un desconocido y una cámara, de manera cariñosa, y asumir su fragilidad, sentí que era de otro planeta".