/ miércoles 17 de agosto de 2022

Fuera de Agenda | Mensajes cruzados

La segunda semana de agosto del 2022 será recordada por el momento en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quedó retratado en la erosión de la seguridad nacional, con la cadena de fallos resumidos en una ausencia de reacción institucional coordinada para la atención de crisis.

De ser cierta la afirmación del general Luis Crescencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, de que la operación del martes 9 de agosto en la zona metropolitana de Guadalajara se dio por un reporte que alertaba de un cónclave de gente armada, sin que supieran que ahí se encontraban dos de los principales líderes del llamado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), entonces estaríamos ante un primer fallo en la información de inteligencia.

Sandoval puso en evidencia de que las tropas al mando del general de brigada Maximiliano Cruz Ramos, comandante de la quinta región militar y quien en 2019 estuvo al frente de la novena zona en Sinaloa cuando sucedió el “Culiacanazo”, adolecen de información y conocimiento del terreno donde montaron el fallido operativo. Lo primero pudo haber alertado para diseñar un despliegue táctico avanzado que habría ayudado a la captura de Ricardo Ruiz Velazco alias “el Doble R” y Juan Carlos González alias “el Apá”, líderes criminales en los estados de Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes y Zacatecas. La reacción coordinada de la delincuencia para activar ocho bloqueos carreteros, exhibió el desconocimiento de las tropas del terreno en que se mueven.

El despliegue militar y de Guardia Nacional luego de que 15 vehículos fueron incendiados, dejó seis detenidos, 14 vehículos asegurados, decomiso de armas y granadas. La coordinación delincuencial exhibió la lentitud y falta de comunicación entre los cuerpos de seguridad que se notó también en Guanajuato, donde 19 vehículos fueron incendiados y 28 comercios fueron atacados. Se dijo que hubo dos detenidos.

La ausencia de una estrategia de seguridad pública que mantiene vivos los vicios del gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto como ineficacia, corrupción, impunidad policial, judicial y carcelaria se mostraron el jueves 11 en Ciudad Juárez, donde un pleito de reos en el Cereso No. 3 entre dos bandas criminales, los Mexicles y los Chapitos, alertó sobre una posible ruptura entre los primeros y la policía municipal con quienes, según diversas fuentes, había un “acuerdo” para mantener el control del penal. El pleito se llevó a las calles con una estrategia de terror vista en otro tiempo en Tamaulipas, Nuevo León y Michoacán, donde se ha atacado a la población civil. En Juárez se dijo fue una respuesta de “la Triple Unión”, una alianza pública desde julio pasado entre las bandas de los Mexicles, la Línea y la Empresa contra los grupos afines al Cártel de Sinaloa.

El Ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal no comparten información ni tienen tratos con la policía municipal de Ciudad Juárez, cuyo jefe César Omar Muñoz Morales no es bien visto por los mandos de las fuerzas federales. El vacío fue evidente después de que nueve personas murieron en ataques indiscriminados que se sumaron a los dos reos fallecidos en el motín.

Tomada la medida a la falta de coordinación de los distintos niveles de gobierno, el CJNG lanzó horas después otra advertencia en Baja California donde 25 vehículos incendiados, 15 de ellos en Tijuana, generaron terror y miedo en la población. En lo que pudo parecer un mensaje del gobierno al CJNG, 167 integrantes de Pueblos Unidos, el grupo rival con el que se disputan Michoacán, fueron capturados en la vía Uruapan- Patzcuaro ese mismo día. Fueron días de mensajes cruzados.

@velediaz424

La segunda semana de agosto del 2022 será recordada por el momento en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quedó retratado en la erosión de la seguridad nacional, con la cadena de fallos resumidos en una ausencia de reacción institucional coordinada para la atención de crisis.

De ser cierta la afirmación del general Luis Crescencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, de que la operación del martes 9 de agosto en la zona metropolitana de Guadalajara se dio por un reporte que alertaba de un cónclave de gente armada, sin que supieran que ahí se encontraban dos de los principales líderes del llamado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), entonces estaríamos ante un primer fallo en la información de inteligencia.

Sandoval puso en evidencia de que las tropas al mando del general de brigada Maximiliano Cruz Ramos, comandante de la quinta región militar y quien en 2019 estuvo al frente de la novena zona en Sinaloa cuando sucedió el “Culiacanazo”, adolecen de información y conocimiento del terreno donde montaron el fallido operativo. Lo primero pudo haber alertado para diseñar un despliegue táctico avanzado que habría ayudado a la captura de Ricardo Ruiz Velazco alias “el Doble R” y Juan Carlos González alias “el Apá”, líderes criminales en los estados de Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes y Zacatecas. La reacción coordinada de la delincuencia para activar ocho bloqueos carreteros, exhibió el desconocimiento de las tropas del terreno en que se mueven.

El despliegue militar y de Guardia Nacional luego de que 15 vehículos fueron incendiados, dejó seis detenidos, 14 vehículos asegurados, decomiso de armas y granadas. La coordinación delincuencial exhibió la lentitud y falta de comunicación entre los cuerpos de seguridad que se notó también en Guanajuato, donde 19 vehículos fueron incendiados y 28 comercios fueron atacados. Se dijo que hubo dos detenidos.

La ausencia de una estrategia de seguridad pública que mantiene vivos los vicios del gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto como ineficacia, corrupción, impunidad policial, judicial y carcelaria se mostraron el jueves 11 en Ciudad Juárez, donde un pleito de reos en el Cereso No. 3 entre dos bandas criminales, los Mexicles y los Chapitos, alertó sobre una posible ruptura entre los primeros y la policía municipal con quienes, según diversas fuentes, había un “acuerdo” para mantener el control del penal. El pleito se llevó a las calles con una estrategia de terror vista en otro tiempo en Tamaulipas, Nuevo León y Michoacán, donde se ha atacado a la población civil. En Juárez se dijo fue una respuesta de “la Triple Unión”, una alianza pública desde julio pasado entre las bandas de los Mexicles, la Línea y la Empresa contra los grupos afines al Cártel de Sinaloa.

El Ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal no comparten información ni tienen tratos con la policía municipal de Ciudad Juárez, cuyo jefe César Omar Muñoz Morales no es bien visto por los mandos de las fuerzas federales. El vacío fue evidente después de que nueve personas murieron en ataques indiscriminados que se sumaron a los dos reos fallecidos en el motín.

Tomada la medida a la falta de coordinación de los distintos niveles de gobierno, el CJNG lanzó horas después otra advertencia en Baja California donde 25 vehículos incendiados, 15 de ellos en Tijuana, generaron terror y miedo en la población. En lo que pudo parecer un mensaje del gobierno al CJNG, 167 integrantes de Pueblos Unidos, el grupo rival con el que se disputan Michoacán, fueron capturados en la vía Uruapan- Patzcuaro ese mismo día. Fueron días de mensajes cruzados.

@velediaz424