/ domingo 25 de julio de 2021

El Arpa y la sombra

Carpentier, Alejo. (2004). “El Arpa y la sombra”. México: Siglo XXI editores.

Con un lenguaje poético, estético, glamuroso, elegante y fino, Carpentier teje en su novela el Arpa y la sombra, el recuento de la historia del descubrimiento de América en sus cotidianidades; y dentro de ella, como grano de arena en el mar, los intentos fallidos del Papado por beatificar a Cristóbal Colón y convertirlo en santo; por haber sido el elegido de Dios, para descubrir América.

En un viaje de juventud de Mastaï, a América, quién posteriormente sería el Papa Pío IX, va conociendo la cosmogonía y cosmovisión de los habitantes de América.

En su andar mira en profundidad la vida en repetición de sus habitantes, su día a día; su noche a noche; sus fechas memorables de tristezas y alegrías; sus pensares en su corazón y en su mente.

Vida enmarcada en el tejido del renacimiento, el desarrollo de la ciencia y la revolución francesa.

En ella observa la turbulencia que se vive en el contorno de las ideas revolucionarias que vienen de la Francia de Napoleón, el ocaso de España, el debilitamiento del catolicismo y la diversidad de santos de carne y hueso que existen en esa parte de América.

Un día de regreso a Italia, en los sinfines del mar, entre el todo y la nada, empieza a buscar en lo profundo de su pensamiento, un santo capaz unir América y Europa; un santo, capaz de dar la luz al mismo tiempo dos mundos; en vez de muchos santos que aluzan menos que un farol.

Un santo, un solo santo; capaz de unificar a todos los santos de América que les disputaban el poder divino a los dioses traídos del nuevo mundo. Que generaban distintas visiones del universo y mantenían a la humanidad en indisoluble disputa filosófica.

Ese santo capaz de concentrar el poder divino, la fe y el amor al prójimo, debía ser alguien popular, universal y trascendental; ese hombre sería Cristóbal Colón, quién por el poder de Dios, había descubierto el nuevo mundo, ampliado el poder y la supremacía del catolicismo.

A partir de ahí el Papa Pío IX, uso todo su poder para imponer a Colón como el santo que necesitaban el viejo y el nuevo mundo, para unir visiones, voluntades e intereses. Después lo haría su santidad León XIII.

En la primera postulación, Colón llevaba el poder del Papa Pío IX y de más de 600 obispos, en la tercera postulación llevaba el apoyo del Papa León XIII y la firma acumulada de 860 obispos.

Pero Colón perdió la batalla, por falta de demostraciones en los milagros, falta de argumentos sólidos en los fundamentos históricos, por haber sido el primer mercader en el nuevo mundo en la venta de esclavos. Y por haber tenido relaciones fuera del matrimonio y haber procreado un hijo.

La novela tiene tres momentos fundamentales; en un primer momento, Carpentier conversa la historia del Papa Pío IX en su etapa de juventud cuando se le reveló el evento de hacer a Colón un santo.

En una segunda etapa Carpentier narra en primera persona, “como si fuera Colón”, las peripecias que tuvo que enfrentar, primero para que le financiaran el viaje, después los problemas que enfrentó durante el viaje; con la mar y con su tripulación. Y por último los bochornos y las críticas que tuvo que pasar cuando presentó el “botín de guerra”, el cual para los españoles era entre la nada, la burla, la broma y el embuste.

En una tercera etapa, Colón observa como una cosa invisible, como pierde por tercera ocasión la posibilidad de hacerlo un santo.

La novela se divide en tres grandes temas:

  • El arpa
  • La mano
  • La sombra

Carpentier, recrea en la novela los detalles de las cosas. Y en la invención recrea la realidad misma.

Carpentier, Alejo. (2004). “El Arpa y la sombra”. México: Siglo XXI editores.

Con un lenguaje poético, estético, glamuroso, elegante y fino, Carpentier teje en su novela el Arpa y la sombra, el recuento de la historia del descubrimiento de América en sus cotidianidades; y dentro de ella, como grano de arena en el mar, los intentos fallidos del Papado por beatificar a Cristóbal Colón y convertirlo en santo; por haber sido el elegido de Dios, para descubrir América.

En un viaje de juventud de Mastaï, a América, quién posteriormente sería el Papa Pío IX, va conociendo la cosmogonía y cosmovisión de los habitantes de América.

En su andar mira en profundidad la vida en repetición de sus habitantes, su día a día; su noche a noche; sus fechas memorables de tristezas y alegrías; sus pensares en su corazón y en su mente.

Vida enmarcada en el tejido del renacimiento, el desarrollo de la ciencia y la revolución francesa.

En ella observa la turbulencia que se vive en el contorno de las ideas revolucionarias que vienen de la Francia de Napoleón, el ocaso de España, el debilitamiento del catolicismo y la diversidad de santos de carne y hueso que existen en esa parte de América.

Un día de regreso a Italia, en los sinfines del mar, entre el todo y la nada, empieza a buscar en lo profundo de su pensamiento, un santo capaz unir América y Europa; un santo, capaz de dar la luz al mismo tiempo dos mundos; en vez de muchos santos que aluzan menos que un farol.

Un santo, un solo santo; capaz de unificar a todos los santos de América que les disputaban el poder divino a los dioses traídos del nuevo mundo. Que generaban distintas visiones del universo y mantenían a la humanidad en indisoluble disputa filosófica.

Ese santo capaz de concentrar el poder divino, la fe y el amor al prójimo, debía ser alguien popular, universal y trascendental; ese hombre sería Cristóbal Colón, quién por el poder de Dios, había descubierto el nuevo mundo, ampliado el poder y la supremacía del catolicismo.

A partir de ahí el Papa Pío IX, uso todo su poder para imponer a Colón como el santo que necesitaban el viejo y el nuevo mundo, para unir visiones, voluntades e intereses. Después lo haría su santidad León XIII.

En la primera postulación, Colón llevaba el poder del Papa Pío IX y de más de 600 obispos, en la tercera postulación llevaba el apoyo del Papa León XIII y la firma acumulada de 860 obispos.

Pero Colón perdió la batalla, por falta de demostraciones en los milagros, falta de argumentos sólidos en los fundamentos históricos, por haber sido el primer mercader en el nuevo mundo en la venta de esclavos. Y por haber tenido relaciones fuera del matrimonio y haber procreado un hijo.

La novela tiene tres momentos fundamentales; en un primer momento, Carpentier conversa la historia del Papa Pío IX en su etapa de juventud cuando se le reveló el evento de hacer a Colón un santo.

En una segunda etapa Carpentier narra en primera persona, “como si fuera Colón”, las peripecias que tuvo que enfrentar, primero para que le financiaran el viaje, después los problemas que enfrentó durante el viaje; con la mar y con su tripulación. Y por último los bochornos y las críticas que tuvo que pasar cuando presentó el “botín de guerra”, el cual para los españoles era entre la nada, la burla, la broma y el embuste.

En una tercera etapa, Colón observa como una cosa invisible, como pierde por tercera ocasión la posibilidad de hacerlo un santo.

La novela se divide en tres grandes temas:

  • El arpa
  • La mano
  • La sombra

Carpentier, recrea en la novela los detalles de las cosas. Y en la invención recrea la realidad misma.